El aroma a piloncillo, la leche y el suave susurro de historias antiguas nos llevan de la mano al corazón de Sonora, ahí donde la tradición y la cultura se fusionan, surge el jamoncillo: un dulce que ha conquistado paladares por generaciones, Pero ¿sabías que detrás de este manjar existe una historia de migración y tradición que cruza continentes? Acompáñanos en este recorrido por la inesperada conexión entre Sonora y Japón, y descubre cómo este lazo transformó para siempre la dulcería sonorense.
El Origen Asiático en Tierras Sonorenses: La Familia Tanaka y Su Legado Dulce
Alrededor de 1920, las tierras de Ures en el centro del estado, recibieron a unos visitantes inesperados: la familia Tanaka proveniente de Japón, muchos japoneses llegaron a México a principios del siglo XX para trabajar en plantaciones o ferrocarriles, y algunos como la familia Tanaka, se establecieron en Sonora buscando nuevas oportunidades.
Los Tanaka sin saberlo en quel entonces, estaban por sembrar las raíces de lo que se convertiría en una tradición insustituible en la región, estos visitantes no solo trajeron consigo sus tradiciones y costumbres, sino que también se aventuraron en la dulcería local con manos expertas y un corazón apasionado, adaptando técnicas japonesas para elaborar dulces que se entrelazaron con el alma Sonorense, popularizando el famoso jamoncillo, un dulce que refinaron con su experiencia.
El Repertorio Dulce de los Tanaka: Mucho Más Que Jamoncillo
Cuando hablamos de los Tanaka y su legado en la dulcería sonorense, el jamoncillo se roba sin duda el protagonismo, pero ¡qué sería de una historia sin sus co-protagonistas! Además del icónico jamoncillo, elaborado solamente con leche fresca de vaca y azúcar de caña, la familia Tanaka introdujo otras delicias que enriquecieron el paladar local.
Nos referimos a las crujientes y deliciosas obleas y a los misteriosos y deliciosos ponteduros. Si te preguntas, “¿Qué son los ponteduros?” no te preocupes, muchas personas fuera de nuestro Estado se preguntan lo mismo, los ponteduros son unos dulces con forma de pelota hechos a base de palomitas de maíz y miel de piloncillo, una auténtica joya que gracias a los Tanaka, encontró un hogar en Sonora.
La Retirada de los Tanaka: El Final de un Capítulo, Pero No de la Historia
Como todo en la vida, las historias más hermosas tienen momentos agridulces, la familia Tanaka, después de dejar una huella imborrable en el corazón culinario de Sonora decidió retirarse, obligados a trasladarse a Guadalajara y luego a Ciudad de México en 1942 debido a la orden de concentración de japoneses en México durante la Segunda Guerra Mundial, que buscaba monitorearlos de cerca.
Sin embargo su legado estaba lejos de desaparecer, pues las familias locales que habían sido testigos y aprendices de las maravillosas técnicas de los Tanaka, tomaron la antorcha y se aseguraron que la tradición continuara viva. Años después, René Tanaka, hijo de la familia, regresó a Ures, fortaleciendo los lazos con la comunidad.
Gracias a su dedicación y amor por el arte, los dulces de los Tanaka siguen siendo un emblema de Sonora, demostrando que las verdaderas tradiciones trascienden el tiempo y los cambios.
Ures: El Corazón del Jamoncillo Sonorense
Este hermoso municipio mantiene viva la tradición del jamoncillo, que a pesar de los embates del tiempo y la evolución de la sociedad, se ha posicionado como el bastión de la tradición jamoncillera.
Las técnicas antiguas pasadas de generación en generación, son la esencia que hace al jamoncillo de Ures inigualable, que a través de festivales, ferias y pequeños negocios familiares, como la Caravana del Recuerdo o las fiestas de San Juan el 24 de junio, Ures celebra con orgullo su rica tradición y asegura que el jamoncillo siga siendo un dulce representativo de Sonora, no solo como un dulce regional; sino como un fragmento comestible de la historia de nuestro Estado.
Al día de hoy, el jamoncillo genera empleo para más de 200 personas en Ures y atrae visitantes de países como Estados Unidos, Canadá y Francia según relatos de productores locales. Además, el Museo de la Cultura Japonesa en Ures, exhibe artefactos como la primera mesa de jamoncillo y fotos de la familia, preservando esta herencia.
El Jamoncillo Actual: Sabor de Ayer, Delicia de Hoy
Si bien el mundo avanza a pasos agigantados y la modernidad toca cada rincón del planeta, en Ures el tiempo parece tener otro ritmo, pues a pesar de las tentadoras técnicas modernas que prometen rapidez y eficiencia, aún podemos encontrar en Ures personas que prefieren el amor y la paciencia que exige la técnica tradicional, y es que al probar un pedacito de estos jamoncillos de Ures, uno entiende por qué: su textura, su dulzura y su sabor, son producto de la dedicación y pasión con la que es elaborado. En cada mordida, saboreamos no sólo un dulce, sino años de historia, tradición y amor.
Nuestra Contribución a la Tradición
En medio de la vasta variedad de dulcerías y productos, en Solnora Mercado de Rancho nuestro propósito es firme: perpetuar el legado del jamoncillo sonorense, ese que comenzó con los Tanaka y ha sido abrazado por generaciones en el municipio de Ures.
Para nosotros nuestro compromiso trasciende el negocio; es una pasión que deseamos que nuestros clientes en Hermosillo, otros Estados de la República y en el Extranjero, sientan en cada jamoncillo, siempre hemos optado por la autenticidad, es por eso que solo trabajamos con familias de Ures que preservan las técnicas tradicionales de antaño, ya que hay productores que han optado por añadir ingredientes extras que dan más cremosidad al jamoncillo, afectando desde nuestro punto de vista, no solo la experiencia de saborear el jamoncillo auténtico, sino también su sabor y consistencia original, nuestro jamoncillo preserva los ingredientes originales: leche fresca de vaca recién ordeñada y azúcar de caña, nada más.
Una Dulce Invitación a Disfrutar la Tradición
Tras este viaje por el tiempo y las calles de Ures, esperamos haber despertado en ti una chispa de interés y curiosidad, pero más allá de las palabras, te invitamos a vivir la experiencia de primera mano probando el jamoncillo traído directamente del municipio de Ures, estamos seguros que sentirás cómo con cada mordida revives la historia de su origen, permite que tu paladar sea testigo de una gran tradición.
Así que con el corazón abierto y el sabor como guía, te invitamos a probar nuestro auténtico jamoncillo sonorense, será un placer atenderlo, contáctenos o visítenos hoy mismo, podemos hacer envíos a cualquier parte.
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